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Cuando pinto esto pasa:

Yo no pinto centrado en lo que pienso racionalmente, no parto de lo preconcevido, y tampoco voy a decir que entro en un trance ... no, lo que si pasa es que si la concentración se eleva hasta el punto en que no quiero despegarme del lienzo o del papel, el cuadro mismo me pide rítmicamente cambio de lápiz, de pincel a rodillo o a otra técnica, y cuando esto sucede es que aparecen nuevas formas, aparece lo figurativo, aparece la mancha, la secuencia se hace visible, van y vienen cada uno en su propio tiempo y cuando menos me doy cuenta la imagen me dice: estoy lista!

Me gusta ver mis manos manchadas de carbón, tinta y el color de la imagen que recién he terminado , me gusta ver en mis manos las pruebas de esta profunda conexión.



Lo que pinto:

La ciudad es la que me inspira pues es mi entorno, en Bogotá he crecido, aquí he caminado solo y también bien acompañado, he montado en los buses que a diario la atraviesan, las nubes que por aquí pasan me han mojado, y en muchos de sus eternos trancones he soñado cosas que no les contaré.
Me seduce el cable que va de un poste a otro, aquel cable que es paradero transitorio de palomas, copetones y mirlas, aquel cable que divide en dos las ventanas de un edificio que se ve allá atrás y que tiene un aviso de 'Refacciones electromecanicas' y debajo de éste hay un pendón azul: 'Minuto celular $200'
La gente de la ciudad, somos un aspecto tan complejo como fascinante: Una señora de pie en un paradero esperando el bus que la llevará a su destino, lleva bolso de cuero negro y una bolsa de plástico es una de sus manos con un portacomidas, lleva falda a la rodilla media velada y zapatos plano tipo mocasin también negro, blusa y saquito de lana verde oscuro abierto con botones de madera, ella no lleva maquillaje pero su rosagante color de piel da pistas sobre su origen campesino, una que otra cana en el pelo que tiene amarrado con una banda elástica detrás de su grueso cuello, de un momento a otro suena un timbre y ella reacciona, emprende la travesía de buscar su celular en su bolso de cuero negro...y cuando parece que lo ha encontrado cambia el semáforo y el bus donde yo viajo arranca y hasta ahí llega mi romance con su cotidianidad.

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